Entrevista a Ignasi Puig
Psicólogo, sexólogo y terapeuta de pareja
- ¿Como definirías el poliamor y cuales son algunas de sus creencias principales?
A la hora de responder esta pregunta… la palabra de creencias me rechina mucho, más que nada porque una creencia parece un acto de fe, entonces no es una cuestión de “creo que esto es posible y hago un acto de fe” sino creo son más postulados, defendemos una teoría. Defendemos la teoría de la monogamia como un constructo cultural y que, por lo tanto, el ser humano no tiene por qué ser única y exclusivamente monógamo, sino que hay otros modelos relacionales que son igualmente viables y que, obviamente, a aquella persona que le funciona la monogamia, está perfecto, pero que no es la única forma viable.
Por tanto, el sentimiento del afecto se puede hacer de forma distinta y no únicamente a través de la exclusividad afectiva y sexual para con una única pareja: en esta sociedad no hay problema para poder amar a padres y madres, no solo tenemos un progenitor, se puede amar a hermanos y hermanas, se puede amar a varias amistades, pero cuando se trata del amor romántico solo se puede amar a una persona, ¿desde donde sale esto? ¿hay un condicionante natural que nos dice que el ser humano es una especie monógama?
Y aquí viene una de las cuestiones clave y no es que sea uno de los postulados del poliamor, es una aportación mía y es que el ser humano, hace mucho tiempo que ya no es natural, es decir, antes de ser homo sapiens, ya tenían una cultura. Entonces, a partir del instante en que antes de ser una especie, nuestras especies predecesoras ya tenían una cultura, ¿cómo podemos presuponer que podemos saber exactamente que la monogamia es natural? Es decir, ¿Cómo podemos saber que nuestra forma de relacionarnos es así porque desde la naturaleza siempre ha sido así? Y aquí viene las investigaciones que hace, por ejemplo, Eudald Carbonell en el yacimiento de Atapuerca en el cual se han encontrado pruebas de que en las épocas prehistóricas la monogamia no era el modelo relacional y que había otros modelos relacionales.
El poliamor seria aquel tipo de movimiento cultural y político que basa sus tesis en que el ser humano es capaz (y por tanto sería viable) de poder gestionar diferentes modelos de relaciones sexoafectivas y que no tienen por qué pasar todas únicamente por la monogamia, es decir, por la exclusividad afectiva y sexual con una única pareja.
2. En el libro de Tristan Taormino “Opening up” se hace una investigación donde se da voz a muchas familias que viven en modelos relacionales fuera de la monogamia y sobre cómo se gestionan el día a día. A partir de tu experiencia en el ámbito y de tu trabajo como terapeuta respecto a las no-monogamias, ¿podrías hablarnos un poco sobre la cantidad de personas que viven en estas realidades que a veces se observan como muy lejanas y sobre cómo gestionan su cotidianidad? La gestión de la convivencia, del tiempo, de la economía, de lxs hijxs, etc.
Uno de los puntos flacos ante esta situación es que hay una falta de datos flagrantes que sean representativos de toda la sociedad para poder saber qué porcentaje de la población realmente establece relaciones afectivas dentro de proyectos más familiares en mundo de las no monogamias.
Yo tengo datos, pero son parciales y no los podría aportar aquí porque no creo que fuesen ilustrativos. Hice una encuesta de personas que eran practicantes del BDSM en el estado español con una muestra de 828 personas de respuestas validas y de alta fiabilidad. De estas, aproximadamente un 10% de la muestra, si no recuerdo mal, comentaban estar dentro del poliamor, un 15% en diferentes modelos de relación abierta y luego había otro tipo de relación abierta no consensuada, había parejas cerradas con amantes. Si sumamos estas, me salía que cerca del 30% o casi 40% de mi muestra están en algún modelo de relación que se apartaban de la monogamia. Ahora bien, lo que no tengo contado es cuantas personas de este porcentaje tenían descendencia y estaban haciendo un proyecto de crianza, por lo que no puedo dar los datos exactos. Lo que sí que podría decir es que estos casos existen, no son muy frecuentes, pero existen.
Respecto a la gestión, es complicada, hay una Ley de Murphy que dice que cuantas más piezas tiene una máquina, por más sitios puede fallar. Uno de los principales jaleos que hay es que, si ya es complicado de gestionar una pareja cerrada con solo dos personas y más aún, si hay descendencia, encima ponle otras relaciones afectivas. Todavía es más complicado de gestionar porque hay muchos más elementos en esa ecuación.
Uno de los elementos que se tienen en consideración, ahora sí, es el hecho de que se suele (y es por la experiencia que tengo en la consulta) priorizar el bienestar de la descendencia respecto de el de las dinámicas de pareja o de las dinámicas afectivas con segundas o terceras parejas, es decir, que, si entra en conflicto el bienestar de los hijos, hijas o hijes con los deseos individuales, se priorizaran los primeros.
Una de las cosas que necesita sobre todo un menor de edad cuando esta creciendo es estabilidad y sentir que constantemente entra y sale de una casa, se considera, aunque no significa que sea realmente así, ya que aquí hay una percepción subjetiva que no está demostrada, que eso pueda ser pernicioso para el menor.
Por eso uno de los postulados que mucha gente hace es que esta situación de vínculos afectivos con otras personas no afecte a les menores y una dinámica que hacen, por ejemplo, es que hasta que una persona no está plenamente en nuestra vida de manera afectiva y sea mega seguro que esta persona no va a ir y venir, sino que ya lleva un cierto tiempo, entonces sí que se le presenta esta persona a les menores de la casa. Y entonces se va viendo hasta que punto se va a incluir, porque de momento solo estamos hablando del conocimiento, por parte de les menores, de la existencia de vínculos afectivos que puedan tener sus padres/madres.
Otra cosa es que, si estas personas se están vinculado en los procesos de crianza, estos casos también son bastante raros, hay pocas personas que hayan hecho procesos de crianza colectiva. No quiere decir que no existan, sí que existen, pero no son muy dadas al hecho de darse a conocer.
Esta protección también viene por otra cuestión que es bastante curiosa y últimamente me he encontrado un caso en la consulta que iba por esta línea, que es el de familias que empiezan a estar dentro del mundo del poliamor y tienen descendencia y cuando a esa descendencia les llega el mensaje de que están haciendo esto, resulta que, aparte del mensaje que les ha llegado por parte de sus padres, les ha llegado por parte de la sociedad todo ese mensaje de normatividad monógama, entonces se encuentran a les hijes que les dicen “hola, veo que estáis mega felices porque estáis enamorados de otra gente pero lo que estáis haciendo me da asco”. Entonces es tener que trabajar esa deconstrucción de familias que se han encargado ya desde buen inicio de intentar que los mitos del amor romántico no sean un foco cultural para su descendencia y resulta que el resto de la sociedad se ha encargado de que así sea.
También hay otra cuestión que es la gestión de los tiempos, que es un punto principal, un proyecto de crianza es una cosa muy absorbente, te quita casi todo tu tiempo. Y muchas veces ese quitar tiempo hace que se tengan que hacer malabarismos.
Algunas menores de edad me han venido a consulta quejándose por esa sensación de “siento que mi familia me está dejando de lado” y ojo, que aquí no estoy apuntando a que sea cosa del poliamor porque la principal causa que hace que dejemos más de lado a les menores es que le dediquemos mucho tiempo al trabajo. Misteriosamente, eso no se puede criticar porque el trabajo es respetable, pero si el motivo es más personal entonces no es respetable que se esté dejando de lado a esos menores.
Hay gente que me ha venido a la consulta que, por ejemplo, para poder tener tiempo libre para quedar con sus parejas secundarias, le estaban pidiendo que se ocupasen de los cuidados de les menores a otros familiares (abuelos, tíos y demás), cuando estos otros familiares sabían que esa petición de cuidados era por un motivo laboral, no se discutía, pero cuando era por un motivo personal, las respuestas eran “eso me parece muy mal” o “no pienso hacerte de canguro para eso”. ¿Qué es lo que lleva eso? Pues que muchas veces, para poder tener esos tiempos de individualidad, las familias suelen hacer que uno de los dos progenitores (en los casos que haya dos progenitores), se quede en casa con la crianza y la otra persona pueda tener ese tiempo para dedicar a sus otros vínculos y luego se van turnando. El problema es que, entonces, se facilita, por cuestión de logística doméstica, que se tengan mayores tiempos de calidad con la persona con la cual no estas compartiendo el proyecto de crianza y eso va en detrimento de la otra pareja en cuestión.
El tema de la economía también es un punto interesante pero aquí no puedo dar tantos datos porque no me han llegado tantos, pero sí que es curioso la cuestión de hasta que punto de la economía familiar cada persona puede dedicar cierta parte de recursos para casos que no van para con la familia porque parece que todo el dinero que yo gano tiene que ir para la familia, todo tienen que ser cuentas comunes y es muy egoísta el hecho de poder yo guardarme un cierto dinero para mí. En este caso, recordaré un capitulo de Los Simpson en el que van a comprar a unos grandes almacenes de ultra mega descuentos y Lisa encuentra un vestido de Chanel súper rebajado y le dice a su madre que es de su talla y que se lo compre y Marge dice “ay, es que no sé, es un gasto privado, ¿Cómo voy a hacerle esto a la familia? Si por lo menos pudiera toda la familia utilizar el vestido, entonces lo compraría” y, aunque esto sea una broma, un poco es este pensamiento de como muchas veces, ese dinero lo desviemos de los entornos familiares al entorno personal, hasta que punto podemos sacar ese dinero de ahí. No hay una norma estricta. Y eso en el caso de que estemos hablando de una familia nuclear de dos progenitores más una descendencia de una, dos o tres menores.
3. Cuando surge el tema del poliamor, lo primero que le viene a mucha gente a la cabeza es la cuestión de los celos. ¿Podrías explicarnos un poco en que consiste el pulpo de los celos y porque, dentro de este, la competición sexual es uno de los focos de celos?
El pulpo de los celos es un artículo de Reid Mihalko que decía que los celos son como un pulpo porque te atrapan, te estrangulan y no te dejan vivir. Según el pulpo de los celos hay ocho motivos principales para tener celos: posesión y control, inseguridad, perdida, rechazo, soledad, injusticia, baja autoestima y escasez. Justamente, la competición sexual no es uno de estos brazos de celos, aunque yo considero que es uno de los principales motivos. A mí me gusta sumarlo como un noveno brazo, pero supongo que a Reid Mihalko le descuadraba así la idea del pulpo y lo metió por otros lados.
Aparte, en el pulpo de los celos yo considero que hay dos brazos (la inseguridad y la baja autoestima) que no tienen la misma situación que los otros seis porque hay veces que una persona tendrá más celos por sensación de injusticia, por miedo al abandono, por miedo al rechazo, por la cuestión de posesividad y control… y puede tener uno y no tener los otros, pero estos dos brazos del pulpo si o si siempre están en toda persona y es que, cuando una persona vive celos, sean celos justificados (con una razón objetiva para tenerlos) o injustificados, la inseguridad y la autoestima son la base siempre de cualquier tipo de celos por inseguridades, por la cual cosa, estos dos brazos que Reid Mihalko ponía al mismo nivel que otros, yo considero que no lo están, porque es completamente basal.
Por lo tanto, habría que hacer un pulpo de 2+6 o, en este caso, 2+7, si incluimos el tema de la competición sexual.
Así pues, inseguridades y autoestima son dos de los brazos principales, casi el tronco incluso de ese pulpo y después tendríamos: el miedo al rechazo, el miedo a la soledad, el miedo al abandono. Estos tres pueden darse también un poco conjuntamente, muchas veces la gente el rechazo y el abandono lo viven al mismo tiempo. El abandono sería más bien el momento doloroso de la ruptura y el rechazo seria más el hecho de que te digan “a ti no te queremos” y la soledad ya es el hecho de quedarse solo después de esta ruptura. Estos tres pasos pueden ir juntos o separados y a veces lo que nos duele más es un punto u otro.
Los otros brazos serian: la sensación de escasez, la sensación de injusticia y la posesividad y el control. La sensación de escasez sería el “no hay suficiente recursos para todos, siento que mi vinculo está teniendo otros vínculos, lo que supone que estoy perdiendo ese tiempo de calidad con mi pareja”. La sensación de injusticia seria “es que es muy injusto porque ese pacto de pareja coste/beneficio, es decir, yo había dedicado tiempo a pagar ese coste porque pensaba que tendría un beneficio, pero cuando siento que ese beneficio no lo estoy teniendo, eso ya me pesa”. Y la sensación de posesividad y control seria el “soy una persona que mi manera de enfrentarme al mundo es tener un cierto control sobre lo que esta pasando a mi alrededor, si siento que no estoy teniendo el control, me crea sensación de inseguridad y esta inseguridad me lleva a generar una respuesta emocional de celos porque siento que en estos eventos que están pasando yo no tengo capacidad de incidencia”, la posesión o posesividad serian una consecuencia de estas dinámicas de control porque la manera de recuperar ese control es poseyendo “si yo poseo una moto sé que esa moto va a estar siempre a mi disposición, pero si yo voy alquilando motos de una empresa no tengo la seguridad de que vaya a encontrar siempre una moto”.
Finalmente, el tema de la competencia sexual viene dado sobre todo por el peso cultural que le damos en nuestro contexto al sexo y seria causa de celos en tanto que se genera el miedo a que tu pareja dude de tus “habilidades” sexuales.
Si mi pareja solo tiene relaciones conmigo, yo puedo no tener miedo a que mi pareja me deje debido a que pueda pensar que yo soy un inepto en la cama, pero en cambio, si considero que mi pareja vaya a tener sexo con otras personas, es posible que entonces se pueda destapar esa sensibilidad que yo tengo respecto a mi competencia sexual, entonces me va a dejar. Es algo que me genera miedo por pensar que la otra persona folla mejor que yo, entonces se activa una respuesta emocional de celos.
4. Tanto dentro de las monogamias como de las no-monogamias, ¿Qué es lo que sucede y que pasos son recomendables seguir cuando se rompe alguno de los pactos de la relación?
Aquí hay que dejar claro que en el mundo de las no-monogamias también hay infidelidades, hay momentos en que se rompen pactos y eso se debería gestionar, es decir, si yo tengo un pacto en el cual puedes tener sexo con otras personas, pero no puedes enamorarte y la otra persona se enamora, aquí ya se ha roto el pacto. Si quedáis en que puedes follar con quien quieras, pero no te folles a mi mejor amiga porque eso me dolería y lo haces, pues se ha roto el pacto. Aunque sean relaciones poliamorosas o abiertas, puede haber pactos y debe haber pactos y se pueden romper. En estos casos, hay un proceso que no es mío, se lo modifique a mi profesor que me lo enseño de cinco posibles pasos para actuar ante una infidelidad, es decir, ante una rotura de pacto:
- Esclarecer cuales han sido los motivos que han llevado a esa persona a romper el pacto.
Hay algunas veces que estos motivos son, simplemente, que la persona es una egoísta, otras veces es que el pacto ha estado mal redactado y otras veces esa rotura de pacto se lleva a cabo como una queja, detrás de la cual hay un anhelo, por ejemplo “joder, es que me siento muy atrapada en mi vida y necesitaba un poco de diversión porque siento que lo único que hago es maternar y trabajar y quiero tiempo para mí”. Lo que se considera importante es ver cual es la necesidad que no se estaba atendiendo a la hora de hacer el pacto.
Entonces, este paso consistiría en saber esa causa, valorarla y que la persona que ha sufrido esa infidelidad pueda entender el por qué la otra persona lo ha hecho (aunque siga doliendo).
- Empatía en sentido inverso.
Se pone sobre la mesa el daño que se ha cometido para que la persona que haya cometido la infidelidad pueda empatizar a nivel emocional con la otra persona, que pueda entender el daño causado.
- Tomar acciones que sirvan para sanar ese daño.
Las acciones pueden ser las que sean. Si se dice, por ejemplo, “es que he perdido la confianza en ti”, ¿cómo se hace para volver a recuperar la confianza? Tendremos que observar cuales son los elementos que necesita esa persona para confiar en alguien y trabajar en esos elementos para que pueda volver a confiar en la persona que ha roto el pacto. Es el paso más complicado de este proceso, ya que se tiene que sentir que se ha reparado el daño causado, generando un perdón autentico.
- Aprovechamos y hacemos una nueva reformulación del pacto para adaptarnos a la situación.
El anhelo que nos hizo romper el pacto lo metemos dentro del nuevo pacto, que se pueda dar cobertura a ese anhelo sin que se tenga que romper el pacto.
- Crear nuevos recuerdos
Muchas veces, después de una infidelidad, las relaciones lo viven como un antes y un después. El hecho es crear nuevos recuerdos para que esa infidelidad sea un punto más de las cosas que ha vivido nuestra relación, que no sea un antes y un después.
5. ¿Qué pasos recomendarías para tener en cuenta a la hora de abrir una relación?
- Tener mucha paciencia, no tener prisa a la hora de abrir una relación.
- Tener claro para qué se quiere abrir esa relación, ¿cuál es el objetivo que se está buscando y por qué?
Observar si a esa persona, a nivel individual, ese objetivo le supone algo que va en contra de la pareja o no. Porque muchas veces uno de los grandes problemas a la hora de abrir la relación es que “hostras siento que, si estamos abriendo la relación, me estas negando a mi” o “siento que es un rechazo para conmigo porque no te estoy dando todo loque tu necesitas”.
Es por esto que es importante que cada persona pueda poner sus razones encima de la mesa, y si hay una disidencia entre lo que yo quiero y tu bienestar, buscar puntos de acuerdo que me permitan a mi cumplir mi objetivo sin que eso te cause a ti ningún tipo de daño y entonces empezar a formular de que manera se puede hacer.
3. Poder ir haciendo un intento de proyecto de normas, mirando de buscarle los fallos a esas normas, mirarle las posturas para ver por donde revientan. Esto es porque muchas veces cuando construimos normas las hacemos pensando en casos específicos.
4. Empezar a ejecutarlo, pero pasito a pasito. En la teoría las cosas toman una forma, pero no podemos asegurar cómo nos vamos a sentir en la práctica hasta que lo hacemos.
Por ejemplo, un primer paso sería ir un club swinger y tener sexo entre vosotros dos a ver cómo os sentís de cómodos. Entonces, a partir de ahí, se puede volver a un club swinger y tener sexo con otra pareja, ¿cómo os habéis sentido ahora?
Esto es un ejemplo de aproximación progresiva a una situación. Lo importante es que cada vez que se hace algo, es necesario parar, meditar cómo esto me ha afectado o si necesito hacer un trabajo previo antes de pasar al siguiente paso y así poco a poco ir probando. Según se va probando, cada cierto tiempo estaría bien parar y reflexionar.